domingo, diciembre 17, 2006

SaluD

Declaro con la voz fuerte, pero sólo en su justa medida, que nadie en este mundo puede irse así de tranquilo sin haverse tomado un copa conmigo.
Acepto invitaciones e incluso en ocaciones estaría dispuesto a desembolsar dinero de mi bolsillo para cumplir con tal ritual.
Para esto no es necesario sacar numerito ni hacer fila, sólo debe usar un teléfono, venir a mi casa, mandar un email o si me ve en la calle hablarme y yo entenderé sus intenciones
Podremos conversar o podremos callar, podemos tomar agua, vino, tequila, ron, pisco, bebida, jugo, cerveza o alguna combinacion que usted prefiera.
Usted se preguntará, cual es el beneficio de esta declaración invitada, yo le puedo decir que no ganará mucho, si es esa su intención, no pagaré sus pompas funebres, ni siquiera ire a su responso, sólo quiero escuchar las palabras de aquellos que saben que no estarán mañana, cuando yo continue sentado en algún bar escuchando lo que la muerte tiene que decir en vida.

viernes, diciembre 08, 2006

Lier?

En este margen de actitud subversiva que me es permitido hablar quisiera decir a todos mis correligionarios que la gran mentira que nos dijeron...era verdad. Sí, así como lo oyen, resulto ser verdad. Todo este tiempo luchamos por que la verdad fuera develada, por que los ciudadanos, desde el más humilde, hasta aquel que se veía favorecido por esto que creíamos una farsa, se enterara cual era la verdad que nos había sido oculta.
Luchamos día a día por tratar de develar el negro manto con que creímos ser cegados, perdimos vidas, ganamos otras, tubimos mucho sufrimiento y muchas lágrimas. Pero pensábamos que todo valía la pena por el bien superior y la nobleza de nuestra lucha. Hubo ocasiones que dudamos pero estas dudas claramente desaparecían al ver las injusticias a las cuales éramos sometidos. Cometimos un error, nos creímos dueños de la verdad, los iluminados, los salvadores, los actores de la historia a los cuales les correspondía enseñar la verdad. Pero repito y esta vez con menos nostalgia que la primera ves y con una clara decepción de nosotros mismos, esa verdad por la que luchamos, por la que lo dimos todo no es tal. Finalmente nos convertimos en aquello contra lo que luchamos.
Sin nada más que pedir perdón y pedirles que sigan creyendo en lo que han creído siempre, ya que esa es la verdad, la que como siempre dijimos: "La verdad nos hará libres", pues bien espero que ahora tomemos conciencia de que siempre lo hemos sido y que sólo nuestra lucha por conseguir lo que creímos cierto nos hizo prisioneros.



En el momento que el casquillo, aún caliente por la detonación, toco el piso, comenzó su imagen de personaje de culto.





jueves, diciembre 07, 2006

El que tenga oídos que oiga.

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Si tus palabras fueran mudas
mis oídos estarían cansados de tanto silencio.
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