lunes, marzo 13, 2006

Es un Juego Azaroso!!





Sólo saque nueve puntos en el Kino, mmm la semana pasada saque 10 y eso hizo que pudiera pedir otro. No crean que me compre un boleto de este mentado juego de azar. No, mi tío me lo regalo como un acto de la más pura bondad.
Pero ahora no transmiten, como antaño el sorteo del Kino, cuando el Pollo Fuentes animaba las sobre mesas de los Domingos con el gran "ciclón millonario". Cada vez que lo veía me fijaba en la técnica a utilizar del participante de turno. Aprendía los trucos de las personas que sacaban más dinero y sacaba las lecciones pertinentes de los que no eran tan habilidosos agarrando billetes voladores. Al final del programa concurso esperaba ansioso que digieran el resultado de cuanto dinero había conseguido sacar del ciclón y si era poco los juzgaba inmediatamente con un – "Buta el hueon penca" o algo así, por que decir esas palabras a la edad que tenía, deben haber sido medias fuertes.
Siempre quise ir al Ciclón, y más que por agarrar y ganar dinero, era como un desafío personal de medirme con los demás competidores. Averiguar si era tan valioso como me creía que podía serlo para una prueba así. Era para probarme a mi mismo que yo podía ser uno de los mejores, soñaba con que al final el público reaccionara como yo cuando alguien agarraba una gran cantidad de dinero. Quería que me aplaudieran, me admiraran y envidiaran por mi habilidad ciclonística.
Como siempre nunca envíe nada para participar en el "ciclón millonario" no hice ningún esfuerzo para tener alguna oportunidad. Espero de ahora en adelante que mis sueños de ciclón no solo se queden en ellos, sino que ahora vallan cumpliéndose, no temer a hacer las cosas por miedo al resultado que podría obtener, quebrantándose mis sueños.
Así que si alguien sabe donde aún hacen el Ciclón Millonario, dígame puesto que he practicado con el ventilador y los billetes de mi querido "Gran Capital" todos estos años!!

Acá pueden ver a mi maestra de "Ciclon Millonario"

El Ascensor qeu gira sin saber!



Piso 21 por favor lleva el data René
Bueno yo con mi acostumbrada amabilidad dije claro, no hay problema y termine la frase con un "ok" o un "perfecto" (ya no recuerdo) es que son dos muletillas que no se como aparecieron, pero que se repiten constantemente en mi vocabulario.
Al piso 21, táchenme de Huaso o de Provinciano al Peo, pero nunca había subido tanto en ascensor!! 21 pisos con personas tres hombres desconocidos y un espejo. A más de alguno quizá se le hubiese ocurrido un cuadro plástico digno de las casas de "Eurolatina". Pero gracias a mi ya definida sexualidad animal, no tengo esas imágenes mentales, que por lo demás tienen que ser dolorosas.
Compartir ascensor, que generalmente es con personas desconocidas, tiene que ser unas de las experiencias más incomodas, una incomodidad que trata de disfrazarse mirándose la corbata, limpiándose la chaqueta, mirándose al espejo o comiéndose los mocos. Cada vez que estoy en un ascensor trato de mirar a otro lado y no tener contacto visual con las personas que acompañan mi viaje. En todo el trayecto recordé los episodios de cuanta película hay que se cagan dentro del ascensor y al abrir las puertas salen todos seudo intoxicados, pero mi falta de alimentación mañanera me impidió realizar tan valeroso acto. Además no creo que hubiese sido un acto muy poético que digamos.
El ascensor es uno de esos males necesarios dentro de esta vida en comunidad, damos espacio a que nos invadan y nos metemos nuestras leyes de proxémica al bolsillo. Al igual que en el metro o en los agradables trayectos en micros. Que más irritante que te toquen unas manos desconocidas, unas manos que no sabes de donde salieron, que si bajo su axila existe o no pelo, que tome tu ropa, que roce tus brazos. No se exciten, si sólo trato de describir de mala forma que en Ciudad Capital, mi cuerpo se ha visto expuesto a más toqueteos de lo normal, y que por ende empezaré a contarlos y llevar un registro de cuanta gente me toca en la calle, en los ascensores, en el metro, en las micros y quizá elabore un ranking y tenga mi rosada más asquerosa al final de la temporada.
Bueno habrá que reinventar mi proxémica personal acá en Ciudad Capital, proxémica que para un ente provinciano y más aún tímido y últimamente paranoico como yo es cada vez superior.