miércoles, abril 12, 2006

Se lee el Tarot, Gratis



Centro de la Capital un poco antes de la moneda.

- ¿Cómo es esto?, Pregunto un poco nervioso.

- Es una pregunta, por una cooperación, no importa el monto

- ¿Y por que lo lees gratis?

Como una forma de mostrar lo que hago, de darle a conocer a la gente lo que es el Tarot. También como una manera de darle la oportunidad a las personas que no tienen recursos a que puedan acceder al Tarot.

- Ya, y siempre lo haces gratis, ¿o sólo los miércoles? Esa pregunta la hice para averiguar si leía gratis el Tarot los mismos días que Jodorowsky.

- No, cualquier día, casi siempre lo hago. Pero por tres preguntas ya cobro, o por la tirada completa. Pero una pregunta no, lo que me quieran dar. Generalmente las personas andan con una pregunta en sus cabezas, con una duda, que no los deja muy tranquilos. Es esa la pregunta que hacen, sino se temen a ellos mismos. Es esa la pregunta que respondo, y ese el servicio y la ayuda que presto.

- A que bien. Hice una pausa.- Es que yo estudie psicología y ahora hago la práctica. Hace un tiempo encontré a Jodorowsky, pero leía sus cuentos. Ahora di con Psicomagia y me tiene loco. Me hizo interesarme en esto del Tarot, y quiero aprender.

- Yo doy clases de Tarot.

- A que buena, ¿Y como?. Él me explica donde vive, es cerca de casa. Me señala las calles con grandes gestos, por mi desconocimiento de Santiago.

Silencio nuevamente, pero no de esos silencios incómodos, sino más bien un silencio reflexivo, para poder procesar todo lo que habíamos conversado.

- Más que una pregunta, quiero un consejo, ¿Qué consejo me podrías dar ahora?

- Bueno saca tres cartas. Me dijo. - Con la izquierda que es la mano del inconsciente.

Le hice caso, y rápidamente cambie la mano, con la cual procedía a sacar las cartas. Saqué tres, en la que más dude fue en la última.
No me preguntes que cartas salieron específicamente. Lo que sí recuero que una de ellas era como una luz, un sol quizás. Primero describo las cartas y me entrego su significado, una de ellas era la sabiduría, otra significaba la paciencia y la ultima el autoconocimiento.

El consejo era que estuviera tranquilo, que tuviera paciencia y que me conociera, que supiera bien las cosas que quería y todo iba a estar bien. Luego me dice que me va a ir bien, super bien, sólo que no me desesperara, que mientras estuviera contento y tranquilo todo marcharía bien. Hablo sobre la capacidad de ayuda y de sanar que yo poseía, eso lo recuerdo vagamente.
Me dijo que era un afortunado, que el consejo que me salió, era como la clave de vida. Que él lo había encontrado hace poco.
Luego menciono que hasta el periodo de Tauro quizá todo no iba a marcha muy bien, y eso era hasta como el 22 de mayo. Me dio mucha riza, que la manifesté sólo por mis ojos. Mi práctica termina el 19, respondí.
Por último seguimos hablando un poco de Jodorowsky, mientras yo buscaba una moneda de quinientos que sabía que tenía. Me dio su numero de teléfono, por si me interesaba por las clases

-"Joel Tarot" – anótalo así, para qué no se te olvide.

Pero tu apellido no es Tarot.- Respondí tratando de ser gracioso.

No, es Sepúlveda.

A, yo también soy Sepúlveda.

Jaja, mira que casualidad. Tu sabes que para Jodorowsky las casualidades no existen. Así que ahora en la noche, me tendré que preguntar por que me encontré con un Psicólogo, y que tenía mi mismo apellido.

Me quede en silencio pensando lo que había dicho, me levante, le di mi mano, le dije mi nombre de pila y comencé a caminar. Debía volver al trabajo.
Caminaba con una sensación de tranquilidad, y un nerviosismo extraño. El consejo había sido certero, se puede decir que era algo muy general y que en cualquier momento que te digan algo así te hará sentido. Pero precisamente es lo único que me hace sentido, por ahora.

Así...



Sin querer que las imágenes cubran mis cabellos,
sin pedirle a Dios que bendiga mis manos.
Atravieso la persiana y martillo la puerta

Toc – Toc

El silencio me hace pensar que nadie abrirá.
Vuelvo a intentarlo

Toc – Toc

Sólo un perro a lo lejos contesta la señal.
Yo sabía que nadie abriría,
sabía que me quedaría afuera.

Me termino de convencer y golpeo la puerta por tercera vez.

Me miento, me digo que quizá sólo no han escuchado,
que están durmiendo, o en el baño y por eso no han podido abrir.

¡Ya¡

No hay nadie, me convenzo.
Bueno no tenía por que haber alguien.
No avise que venía.
Al menos así podría tener alguna oportunidad que me abrieran la puerta.

Camino lentamente, ahora con la puerta en mi espalda y mis emociones ya de frente.
Enciendo un cigarrillo.
Sabe muy mal.
Subo el cierre de mi chaqueta.
Comienza a llover.
Pienso en cuando volver.