sábado, agosto 19, 2006

KaRma.

-Cosita

-¡Mijito Rico!

- Venga, pase por acá, si no lo vamos a morder, le vamos hacer unos cariñitos no más.

- Ah el hueón se hace el cartucho no más, pero que te apuesto que le gusta el hueveo más que la chucha, si estos hueones con autito de papá, son todos iguales, esa huea tienes que aprenderla ahora. Los hueones se compran su ropita linda en las liquidaciones, y después se andan quebrando enteros, creen que por que andan perfumaditos con sus cagas compradas en mil cuotas, no somos minas para ellos. Y a los hueones les gusta más que el pan, si hasta te dejan que les metas el dedo en el poto y no te dicen ni una huea, por eso yo digo que esos son todos maricones.
La otra ves paro uno, acá mismo en la esquina, yo me arregle el escote, por que caché que era buen auto, no ves que una sabe de su oficio, me puse a caminar lentito, moviendo la cartera, así como te enseñe la otra vez, y justo andaba con la mini, esa blanca que compramos juntas, si esa que la vieja no quería bajar de precio. Ya po, y yo iba caminando lentito, y caché que me miraba por el espejo el hueón, me acuerdo que pensé que se le caía la baba mirándome, por que se limpio la boca el hueón. Llegué a la ventana, me miro entera primero, y bajo el vidrio lentito, me gusta eso, como baja el vidrio tan despacito y delicado, pero era lo único delicado del pendejo, debe haber tenido unos veinte años, se reía solo el hueón, yo le seguí el juego no más, tu cachay, me dijo que era muy linda y se cagaba de la risa, que linda el hueón quería puro darme, pensé yo. Cuento corto me subí al auto, tenía una música rara, puros tarros no más, cuando íbamos de camino al mirador me preguntó el nombre, ya ni me acuerdo que nombre le di, y lo que me pareció extraño fue que el hueón ni siquiera me tocó una pierna en todo el camino, le dije que no fuera tímido y me acerque, pero ni me rajo, así que me entretuve con la ventana, me miró y sonrió mientras yo la bajaba y subía , pero no me dijo nada. Cuando íbamos por la mitad más o menos le sonó el celular, y tenía esa canción que nos gusta en su celular, esa vieja de este, ah como se llama, Karma Chamaleon, tea acuerdas, esa canción del fletito. Bueno vi como bajaba la música de la radio y contestaba, sentí que era la voz de un cabro, esté otro le decía que lo llamará después, que ahora estaba ocupado y que tenía que hacer lo que lo le había dicho y apago el teléfono.Yo me imagine que el hueón era virgen, así que me acuerdo que le dije que lo iba a tratar bien o algo así. Llegamos a la huea, y no habían tantos autos como pensé, paramos y se quedo mudo, yo le empecé a ser cariñito para terminar luego con la huea, pero me dijo que me estuviera quieta que no le hiciera nada, yo lo intenté otra vez, hay el hueón me dijo que me estuviera tranquila y que lo dejará pensar, que pensar hueón le dije ahora hay que actuar y me levante la falda, el hueón me miro, metió la mano a su bolsillo, yo me asusté, por que se veía nervioso, pensé que iba a sacar una pistola, o un cuchillo, sacó su billetera, y me tiro veinte lucas, y me dijo que me fuera. Yo le iba a alegar que no podía dejarme ahí, pero se notaba que taba que reventaba, así que pesqué la platita no más, por que eran veinte lucas, y uno cuando ve veinte lucas juntitas se acuerda al tiro de sus cabros chicos. Así que partí no más, menos mal que un taxi paso y le dije que me tirara y me tiró, jajajajaj. Ya si la historia no termina ahí, esa noche no estuvo buena, vinieron como dos locos más, y después me fui para la casa. Al otro día después de dejar al Jaime y la Camilita al colegio, pasé a comprar las cosas para el almuerzo, y me puse a hablar con el Claudito, como siempre no más, y no ves que tiene todo el día la tele prendida ese otro, así que de repente dan un como se llaman, un Extra, y nos quedamos callados para saber que había pasado, el periodista empieza a hablar de un joven de 21 años, que se había matado, que se había tirado de un mirador popular de la Capital, yo me acorde del pendejo y en la noticia caché que mostraban el auto del loco, y era el mismo auto que me había subido en la noche, el mismo socio que me dio las 20 lucas, allí me persigne, al tiro y me asuste, así que pesqué mis bolsitas no más y me fui para la casa a prender una velita a la virgencita, por que nadie merece que no le recen una oracioncita siquiera.

2 comentarios:

Sharola dijo...

hola.. me coso empezar a leerlo ..hasta le alegue por todos los groserías que tenía.. pero finalmente.. me gustó, me entretuve.. jaja y me hiciste acordarme de esa canciooon!! es wenaa! me gusta como escribe ud... puedo hacerte un fan club?

Anónimo dijo...

También me hizo reir... buenos diálogos, se leen naturales... Yo quiero ser el presidente del FUNK CLub... se puede???? jajaja

En este cuento sentí pobre la historia y los personajes, creo que a eso le falta...